domingo, 4 de septiembre de 2016

MITOS DE LA POBREZA DE PUERTO RICO

Mitos de la pobreza en Puerto Rico Expertos señalan que Puerto Rico no tiene un problema de mantengo, sino de desigualdad y falta de trabajo para las personas domingo, 4 de septiembre de 2016 - 12:01 AM Por Arys Rodríguez Andino / Especial para El Nuevo Día pobreza (horizontal-x3) Según los datos del Informe de Empleo y Desempleo en Puerto Rico de 2015, el número promedio de desempleados fue de 148 mil. (Archivo/ GFR Media) En Puerto Rico, cerca de la mitad de la población vive bajo el nivel de pobreza y necesita algún tipo de beneficencia. Pero, aunque la revisión de datos de los últimos años confirma que no menos de 125 mil personas están siempre en busca de empleo, se ha generalizado el mito de que los puertorriqueños son pobres porque no trabajan, y no trabajan porque prefieren vivir del mantengo. Basta visitar un supermercado y observar el gesto de desaprobación y disgusto cuando alguien que paga la compra en efectivo se fija en que una mujer con uñas largas y pintadas saca la tarjeta de la familia para pagar la suya. Sin conocer a la mujer ni su contexto, las uñas se convierten en el indicador de que no necesita asistencia económica para alimentarse. “Yo creo que estos mitos ya llevan muchos años, desde finales de la década de los 70. Cuando llegaron ayudas a gran escala se desarrolló cierto pensamiento de que fomentaban niveles de dependencia que no eran buenos, que se remuneraba el ocio y no el trabajo”, expuso el sociólogo Héctor Cordero Guzmán, quien participó en un estudio demográfico sobre la pobreza en Puerto Rico, que es parte de las investigaciones del Building Human Services Research Partnerships in Puerto Rico, una alianza de colaboración para la investigación social liderada por la Universidad Interamericana de Puerto Rico (UIPR). El profesor de administración pública en la Universidad de la Ciudad Nueva York destacó que los puertorriqueños y puertorriqueñas sí están en búsqueda de trabajo y, entre el grupo trabajador, hay un número significativo que sigue bajo el nivel de pobreza porque el salario no es suficiente para salir de ahí. “No ha habido, en un período de 10 o 15 años, menos de 125 mil buscando trabajo. En algunos años hasta 200 mil. Además de eso, hay unas 170 mil personas trabajando a tiempo completo ganando salarios menores a los del nivel de pobreza”, subrayó para contrarrestar el mito de la vagancia. 148,000 Según los datos del Informe de Empleo y Desempleo en Puerto Rico de 2015, el número promedio de desempleados fue de 148 mil. Desempleado no se refiere exclusivamente a persona sin trabajo, sino a una persona que está disponible para trabajar y que ha efectuado acciones específicas para conseguir empleo. El informe también señala que el 55% de los desempleados en el 2015, equivalente a 81,000 personas, terminó involuntariamente con su empleo y no esperaba ser llamado. El 38.5% se identificó como jefe del hogar, la persona que más aporta al ingreso de esa familia. No es entonces sorprendente encontrar en el supermercado a una persona con la tarjeta de la familia que tiene un carro nuevo porque, quizás, aún el banco no se lo ha quitado. La emigración, considera Cordero Guzmán, también confirma el deseo de trabajar de los puertorriqueños. “No están emigrando porque la playa de Orlando es mejor que la de Luquillo, están emigrando porque están buscando trabajo”, reiteró. Aunque el dato de que el 63.1% de las personas desempleadas no tiene un grado postsecundario completado podría tratar de explicarse con que los trabajos disponibles requieren cierta especialidad, el profesor entiende que hay mucho trabajador subempleado. “A medida que hay más educación, ellos (las personas con más estudios) están desplazando a la gente con menos educación, pero no es que los trabajos son mejores. Yo lo que veo es una población que está siendo subutilizada”, expuso, al mencionar como ejemplo a personas con bachilleratos y maestrías que trabajan en la industria de restaurantes (como meseros) y en servicio al cliente. Mito de las ayudas Otro mito que se ha construido en torno a la pobreza es que las ayudas son tantas y tan generosas que la gente no tiene por qué trabajar. El economista José Alameda, quien también participó de las investigaciones, señaló en el vídeo que se preparó sobre los hallazgos que en Puerto Rico “nadie puede vivir de ayudas federales”. “La gente trabaja en economía subterránea y se complementan las ayudas federales”, indicó. Esa economía subterránea a la que Alameda se refiere puede ser tan sencilla como una familia que hace y vende pasteles. “Si comparamos a Puerto Rico con Zimbabue, pues puede que la asistencia es generosa, pero si lo comparas con Estados Unidos y los otros tres territorios que deberían ser el marco de referencia adecuado, los pagos no se pueden considerar generosos”, expuso Cordero Guzmán. Ayuda del pan Del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), el promedio que recibe una familia de cuatro personas es $240 al mes. “No son programas que combaten la pobreza, es una comprita mensual para que tengan la canasta mínima de consumo alimenticio. Hay personas que se han puesto a sumar que si recibes Sección 8 (programa de vivienda), Mi Salud, el PAN, los $75 de agua, luz y celular (subsidio) y TANF (programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas), eso más o menos sería un salario mínimo. Pero es que no todo el mundo lo tiene todo. Son menos de 30 mil los que tendrían todos los programas. Matemáticamente, si una persona tiene la dicha, bueno, la desdicha, de estar en todos los programas, es muy poco para justificar que son suficiente incentivo para no trabajar”, reiteró el sociólogo. ¿Por qué, entonces, la tendencia a culpar a los pobres de la crisis de la clase media trabajadora?, se le preguntó. “El puertorriqueño golpea para abajo, no para arriba. Convertimos a los gansos en el todo y en Puerto Rico hay necesidad. Siempre pregunto a los economistas, ¿la meta es que la gente trabaje más o que gane más?”, respondió Cordero Guzmán. Carmen Nazario, investigadora principal del Building Human Services Research Partnerships, observó que los prejuicios están en boca de todos, hasta en personas con un gran nivel de educación. “Encontramos que hay una falta de información grande, y responde en gran medida a que la gente no está disponible a ponerse a investigar. El primer hallazgo que se encontró fue el de los estereotipos. La gente cree que la gente pobre no trabaja porque son vagos. Por la radio decía un economista que cuando empiezan a subir beneficios del PAN la gente deja de trabajar, y tenemos estadísticas que dicen que eso no es cierto”, expresó la profesora, quien destacó que muchos de los pobres también trabajan. Tanto la profesora de trabajo social como Cordero Guzmán confían en que los hallazgos de las investigaciones, en las que participaron educadores, sociólogos y economistas, ayudarán a derribar los mitos que se han construido alrededor de la pobreza y el prejuicio que implican para quienes la viven. “Puerto Rico no tiene un problema de mantengo. Puerto Rico tiene un problema de trabajo y desigualdad”, subrayó Nazario. “Sociológicamente eso es típico, tanto aquí como en Estados Unidos, que cuando la economía empieza a contraerse los que están un escalón más arriba de los más vulnerables empiezan a culpar a los otros. No saben que muchos de los participantes del PAN trabajan”, recalcó, al añadir que con lo que se recibe apenas se puede comer y mucho menos vivir. Cordero Guzmán destacó que hay que desarrollar estrategias que vayan más allá de “mantener un nivel de consumo básico y mantener a la gente pobre viva”. “No ver a los pobres como una carga, sino como un legado histórico que tenemos que resolver. El ritmo de reducción de pobreza está detenido. La pobreza se ha mantenido igual y el ritmo de crecimiento ha bajado”, advirtió. Tags: Mitos Pobreza en Puerto Rico PAN Desigualdad y pobreza

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