domingo, 27 de febrero de 2011

Operativos para expulsar extranjeros de Libia

Llueven operativos para sacar extranjeros de Libia

La ONU evalúa sancionar a Gadafiy a su grupo cercano
 
Miles de miles de ciudadanos libios, egipcios, tunecinos e indios intentan entrar en Túnez para escapar de las fuerzas de seguridad libias. (EFE / Ciro Fusco)
por servicios combinados
Varios países tomaron medidas ayer para sacar ciudadanos suyos que viven en Libia, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de urgencia para debatir posibles sanciones a Muamar Gadafi.
Mientras, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que el líder libio ha perdido legitimidad para gobernar y debe abandonar Libia “ahora”.
El Gobierno canadiense evacuó al personal de su embajada y suspendió su presencia diplomática en Libia, por la violencia generada en torno a las protestas contra el régimen de Gadafi, informaron fuentes oficiales.
Dimitri Soudas, director de comunicaciones del primer ministro Stephen Harper, confirmó que un avión militar C-17 sacó del país al embajador en Trípoli, a cinco funcionarios consulares y a otros 18 canadienses, informó el diario Toronto Star.
El avión transportaba a un total de 46 personas, entre las que también se encontraban ciudadanos británicos y funcionarios de la misión diplomática australiana.
Tras la evacuación, queda un centenar de canadienses esperando salir de Libia, después de que otros 200 escaparan en aviones y en un ferry contratado por Estados Unidos.
Igualmente, el Gobierno británico fletó y envió ayer un avión con capacidad de 148 pasajeros para rescatar a ciudadanos atrapados en la capital libia, según la BBC. Mientras tanto continuaron los esfuerzos para rescatar a entre 200 y 300 británicos que como trabajadores de la industria petrolera se encuentran en lugares muy apartados de Trípoli o de la costa
El sábado 70 ciudadanos del Reino Unido llegaron a Malta a bordo de la fragata HMS Cumberland tras una penosa travesía de 35 horas. Eran parte de 207 personas de distintas nacionalidades que se fueron de Libia en ese buque de guerra.
Lo mismo intentó hacer ayer el Gobierno italiano con un avión C-130 de las Fuerzas reales de Italia. Pero no consiguió el permiso de las autoridades locales para aterrizar en Amal y rescatar a 20 ciudadanos italianos, según le dijeron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de Roma a la agencia española EFE.
Mientras, el buque de guerra San Giorgio de la Marina italiana tomó rumbo ayer desde el puerto de Misurata (norte de Libia) a Italia, a donde estaba previsto que llegara hoy. En el barco viajan 245 personas, de las que 121 son italianos y el resto de distintas nacionales.
Asimismo, ayer seguía la ola de egipcios que van a la frontera con Túnez. Se informó que unos 6,500 egipcios llegaron el viernes a la frontera libio-tunecina de Ras Adjir, con lo que ya son más de 15,000 los que han huido de Libia a través de Túnez, según EFE.
Mientras eso ocurría, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunía de emergencia para discutir la posibilidad de sancionar al dictador libio y su entorno.
La reunión fue presidida por Brasil, que en febrero ocupó la presidencia de turno. Los quince países miembros del Consejo estudiaron un proyecto de resolución, elaborado por Francia y Reino Unido, que contempla el embargo de armas y pide a la Corte Penal Internacional (CPI) que investigue la posible comisión de crímenes de guerra y contra la humanidad.
También se propuso la congelación de bienes y la prohibición de viajar al líder libio y a 21 miembros de su círculo familiar y asesores más cercanos.
Se reveló que Gadafi depositó en secreto la semana pasada 3,000 millones de libras (más de $4,800 millones) en el elegante barrio londinense Mayfair. La transacción financiera fue revelada por el diario británico The Times, que afirmó que el dictador libio usó los servicios de un intermediario en Suiza.
El Consejo responde al dramático llamamiento que el viernes le hizo el embajador de Libia ante la ONU, Abdurrahman Mohamed Shalgham, quien entre lágrimas pidió la ayuda internacional e instó a los quince a adoptar sanciones.
Por su parte, Seif el Islam, quien es hijo de Gadafi, afirmó ayer que la situación en Libia es “excelente” en las tres cuartas partes de su territorio, aunque aceptó que existe “una voluntad interior de cambio” en el país y anunció “reformas” en todos los niveles de la administración.
En una entrevista con la cadena emiratí Al Arabiya, Seif el Islam reconoció igualmente que han existido “errores en la gestión de la crisis” y aseguró que “hace falta una negociación amistosa para hacer una nueva Libia”.

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