sábado, 19 de diciembre de 2009

La navidad musulmana


19-Diciembre-2009

HAJJ WILFREDO AMR RUIZ

No existe tal cosa como navidad musulmana pues en el Islam no celebramos la natividad de Jesús ni de ningún otro profeta o mensajero de Dios. Esto sin embargo, de ningún modo significa que Jesús hijo de María (Isa ibn Maryam en el Corán) no tenga relevancia en el Islam. Jesús es el Mesías, la palabra del Creador y un espíritu proveniente de Él. Mencionado al menos veinticinco veces en el Corán, es tan de los musulmanes como de los cristianos. Los musulmanes creen en él, lo aman y le honran.

No se puede profesar el Islam sin aceptar que el Mesías nació de María Virgen, devolvió la vista al ciego, sanó leprosos y resucitó muertos. También el musulmán espera la segunda venida del Mesías como presagio del Último Día.

Sobre su nacimiento se narra en el Corán el diálogo de la anunciación entre el ángel Gabriel y la Virgen: “ ¿Cómo he de tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre, ni soy una indecente? Así será, le respondió, pues tu Señor dice: Ello es fácil para Mí. Y lo convertiremos en un signo para la humanidad y una misericordia. Es un asunto decidido”. (Sura 19 (de María) 20-21).

Esta misericordia para la Humanidad que representa Jesús en el Islam hace que el musulmán sienta también derecho sobre la figura de Jesús conocido en el Islam como el espíritu proveniente del Creador y Su palabra. “Ciertamente el Mesías Jesús hijo de María, es el Mensajero de Allah y Su palabra que depositó en María, y un espíritu que proviene de Él” (Corán 4:171)

Nos apropiamos también de Jesús porque sus luchas para con su gente nos resultan similares a las luchas que libran los musulmanes aun hoy día.

Sus llamados a la verdad y la justicia y contra la corrupción de los hijos de Israel aún retumban en la misma tierra donde pisaba y donde fue perseguido, maltratado y condenado.

En esa misma tierra sufren el mayor discrimen los seguidores de Jesús el Mesías, cristianos y musulmanes, quienes al momento de escribir estas líneas siguen siendo expulsados de Jerusalén y secuestrados en las comarcas de Belén.

A los que corren “mejor” suerte les construyen murallas a su alrededor tan altas como edificios de tres pisos con las que ahora les toman horas visitar a sus vecinos y familiares; cuando antes apenas les tomaba minutos.

La triste realidad es que hoy día en la ciudad santa de Jerusalén ya no son bienvenidas las viviendas ni vecindarios de cristianos o musulmanes. Dos comunidades que ya por generaciones convivían con un grado significativo de tolerancia.

Tan es así que diariamente, a eso de las 4 de la mañana Wajeeh Nuseibeh camina por la Vieja Jerusalén hasta la iglesia del Santo Sepulcro. Allí toma una llave de hierro como de 12 pulgadas de largo, sube una pequeña escalera y abre las amplias puertas de madera del venerado lugar. Distintas denominaciones cristianas cedieron esta llave, y la responsabilidad que conlleva, a la familia Nuseibeh, una familia de musulmanes, que por no menos de ochocientos años han respetado su obligación para con los vecinos cristianos y la siguen pasando de generación en generación. (Página web de los Nuseibeh: www.nuseibehfamily.net )

No se puede celebrar la navidad sin meditar en las injusticias en la tierra que pisó Jesús. Recientemente la Unión Europea ha dado un paso tímido y se pronunció a favor de que Jerusalén sea ciudad compartida tanto por judíos israelíes como por palestinos cristianos y musulmanes. La propuesta conciliadora, claro está, fue rápidamente rechazada por los que aún no están preparados ni desean genuinamente la paz.

Feliz Navidad al pueblo cristiano y feliz Hanukah al pueblo judío. Paz.

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