IMPARABLE LA EMIGRACIÓN
Estadísticas oficiales revelan que 61,000 personas abandonaron la Isla en el 2012, 7,000 más que en el año anterior
EL ÉXODO de puertorriqueños a los Estados Unidos se intensificó en el 2012, año en que según estadísticas de la Autoridad de los Puertos, salieron del país 61,000 personas más de las que regresaron. Esto es, 7,000 emigrantes más que los reportados para el 2011.Lo peor es que ninguno de los factores de “empuje”, que lleva a los ciudadanos a mudarse al exterior ha cambiado, por lo que expertos coinciden en que el fenómeno migratorio, que se reporta desde inicios de la década de los años 2000, mantendrá su tendencia actual o se recrudecerá aún más.
“Los datos lo sustentan. La migración neta (la diferencia entre los que se van y los que regresan) continua alta para Puerto Rico. Se ve tanto en el Censo como en otras fuentes de datos”, coincidió Mario Marazzi, director del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico.
CASI 60,000 HABITANTES MENOS
De hecho, los estimados del censo para la población del 2012, reflejan una disminución en la población de un año a otro de unos 27,000 habitantes. Es como si en un año saliera del país la población completa de municipios como Aibonito, Sabana Grande o Cataño. A eso se le suma, según datos del Censo, la pérdida en el año anterior -2011de 31,696 habitantes, una cifra muy similar a la población de Aguas Buenas. Esto significa que en dos años la población de la Isla se redujo en 58,696 personas. La implicación más obvia de todo esto ha sido ampliamente conocida desde que se palpó el decrecimiento poblacional en el censo del 2010: la fuga de capital humano. No es un problema sencillo si se toma en cuenta que la mayor parte de los migrantes están en su etapa laboral más productiva y que muchos están muy preparados académicamente.
Según el último Perfil del Migrante, preparado por el Instituto de Estadísticas, en el 2011 se fueron de la Isla alrededor de 2,343 educadores, 1,404 profesionales de la salud, 418 ingenieros o arquitectos, 742 técnicos en informática y 177 abogados.
Para el gobierno local, la reducción poblacional implica menos transferencias monetarias desde los Estados Unidos, pues muchas de estas se calculan a base de población. Por el otro lado, el panorama poblacional podría precipitar el cierre de escuelas públicas por bajas sustanciales en las matrículas.
ENVEJECE LA GENTE
“Todo esto tiene complicaciones en todos los sistemas del gobierno y en las personas. Va a haber menos niños y se van a necesitar más servicios para las personas de mayor edad y, por ejemplo, se necesitarán cubrir más gastos médicos y en medicina”, explicó, por su parte, el demógrafo Raúl Figueroa, coautor del libro “Puerto Rico 2000-2010: Más allá del censo”.
UNA MIGRACIÓN DISTINTA
La última gran migración de puertorriqueños a los Estados Unidos se registró en las décadas de los años 1950 y 1960. Sin embargo, ese éxodo historico de boricuas nunca implicó una reducción en la población puertorriqueña, explicó la demógrafa Judith Rodríguez. En la oleada actual, sin embargo, las reducciones poblacionales se registran al menos desde el 2005 y el perfil de los que se embarcan, por su capacidad académica y profesional, puede atentar contra el propio desarrollo económico del País.
“Y la situación política actual no ayuda mucho a aliviar el problema. Los factores principales de las migraciones suelen estar relacionados a la economía, pero aquí se complica con los problemas de seguridad y de calidad de vida que tenemos y que los líderes del gobierno no logran resolver”, explicó Rodríguez.
Los problemas fiscales del gobierno, generados en gran medida por la enorme deuda pública de unos $70,000 millones, mantiene ante un precipicio económico a la administración de Alejandro García Padilla, que en menos de seis meses redujo los beneficios del sistema de retiro, aumentó las contribuciones, el arbitrio a los derivados del petróleo y comenzó una abarcadora iniciativa por fiscalizar los recaudos del gobierno.
DE MAL A PEOR
En un sondeo informal a través de las redes sociales varios emigrantes puertorriqueños precisamente señalaron los problemas de la economía, la criminalidad, la escasez de servicios educativos y la falta oportunidades laborales como las razones para abandonar la Isla. Jessenia Montalvo, 31 años, contó a El
Nuevo Día que a finales del año pasado regresó a Puerto Rico con la esperanza de estar más cerca de su familia y así mejorar su calidad de vida. Se radicó en San Lorenzo. Sin embargo, en mayo de este año -seis meses después de su llegada- estaba junto a sus hijas montada en un avión rumbo a Texas. En los seis meses que estuvo aquí no pudo conseguir trabajo. Su hija mayor fue víctima de “bullying” porque hablaba con acento. Su otra hija, de unos seis años, no tenía los servicios de educación especial que necesitaba por más que los solicitó en el Departamento de Educación.
1 comentario:
No quisiera dejar esta tierra, pero no le veo otra salida a esta situacion. Dios bendiga mi islita.
Publicar un comentario