viernes, 26 de noviembre de 2010

Emerge nuevamente el volcán TUNGURAHUA en Ecuador

Tungurahua: “nirvana” para geólogos

Se espera que además sea un imán para turistas

Esta semana el gigante rugió de nuevo y proyectó una columna de ceniza de más de siete kilómetros de altura sobre el cielo de los Andes ecuatorianos. (EFE/Carlos Campaña)

Por Susana Madera / Agencia EFE

Quito- Las impresionantes columnas de vapor y ceniza que emergen de las entrañas del volcán Tungurahua, el ruido y sus piedras recién paridas pueden convertirse en un atractivo turístico y en el “nirvana” para los geólogos en Ecuador.

Al menos así lo esperan los promotores turísticos de la ciudad de Baños, escoltada por el volcán de 5,019 metros de altura, inmerso desde 1999 en un proceso eruptivo que intercala periodos de alta actividad con otros de relativa calma.

Esta semana el gigante rugió de nuevo y proyectó una columna de ceniza de más de siete kilómetros de altura sobre el cielo de los Andes ecuatorianos.

En un recorrido por sus lahares, como se conoce a las piedras, lodo y ceniza que bajan por las laderas, el promotor turístico Guido Calderón confesó a Efe que tardaron una década en entender que el proceso eruptivo del volcán podía ser uno de los mayores atractivos en lugar del terror de los turistas.

Calderón define a Baños y sus alrededores como “uno de los destinos más seguros”, al recordar que en 2006 “se evacuó la ciudad, con turistas, en 18 minutos, con el volcán en erupción”.

“Lo que nos faltó en estos 10 años fue educar al turista. Es un volcán bueno, no es destructivo”, aseguró al mostrar dos casas cuyas estructuras están intactas pese a estar tapadas por material volcánico.

Algo más allá, un verde cultivo de frutas hace imposible imaginar que a pocos metros pasó hace cuatro años un río incandescente que alejó del lugar a los habitantes de las faldas del volcán, aunque algunos regresaron pese a la prohibición.

“El volcán recién nos hace caer en la cuenta de que es nuestro principal atractivo turístico, imposible de copiar, como ha ocurrido con otras atracciones ideadas en Baños”, comentó Calderón en referencia a los deportes de aventura e incluso los dulces.

No sólo se trata de turismo: “son piedras que recién han sido paridas por la tierra. Muchas se quedan alrededor de la boca del volcán y con la lluvia se formaron lahares”, que bajaron hiriendo la montaña y convirtiéndola en “un libro abierto” de geología.

Piedras negras, rojas, grises, amarillas, grandes, pequeñas, inmensas, diminutas y echas polvo, así como paredes con distintas capas geológicas son un abanico de colores y texturas que invitan a Calderón a pensar en la evolución de la Tierra.

También recuerda cuándo, poco después de la erupción en 2006, paseó por el sitio “que estaba al rojo vivo, hirviendo” y derretía las suelas de los zapatos.

“Geológicamente, analizar los lahares es como cuando te sacan una muestra de sangre: te dicen qué hay adentro”, señaló Calderón, al explicar la pretensión de los promotores turísticos de que se declare la zona como área protegida, un paso previo que podría después justificar su candidatura como geo-parque ante la Unesco.

“Esto para el geólogo debe ser el nirvana”, sentenció.

Impulso a la geocultura

Quienes defienden la biodiversidad poco han reparado en que se lo deben a la geodiversidad, explicó.

Por ello, los promotores turísticos han ampliado su oferta a la geocultura, pues “los primeros habitantes hicieron sus casas con piedra del volcán, no bloque ni ladrillo”.

“Nuestra vida es el volcán, es nuestro cobijo. Somos hijos del volcán, queremos preservarlo y convertirlo en el próximo gran atractivo de Ecuador y Latinoamérica”, apuntó Calderón.

Recordó que cuando el volcán Arenal, de Costa Rica, entra en erupción “toda la planta hotelera está llena” y señaló que Baños tiene 170 hoteles pero ahora quiere ampliar la infraestructura con museos, centros de interpretación y una participación más activa de geólogos.

También cree fundamental ahondar en un proceso educativo y llevar a los niños al volcán para que aprendan sobre geología, como su hija de cuatro años, que mostró a Efe cómo recogía piedras “que saben nadar” en referencia a la pómez.

“Antes no veíamos la luz al final del túnel”, insistió Calderón al ser interrumpido por su pequeña al grito de “papi, ya le vi al volcán, está ahí” apuntando a la cumbre vestida de blanco entre las nubes.

Los “paisajes” que ofrece el volcán, algunos como la superficie de la Luna, tienen, además, la cualidad de ser únicos, pues una nueva erupción cambiará parte del escenario, como ocurrió con la explosión de esta semana.

“Ya está posando para la foto”, comentó Calderón al respecto.

No hay comentarios.: