Se acentúa la pobreza
Encuesta del Censo refleja el deterioro en la economía
Los datos más recientes del Negociado del
Censo pintan un cuadro de deterioro en la sociedad puertorriqueña con
aumentos en la pobreza, la dependencia económica y la emigración, así
como reducciones en los nacimientos y en la cantidad de infantes
residentes en la Isla.
Además, se alerta de un marcado envejecimiento de la población que causará cambios en la estructura económica y social del País, asunto para el que aún no parece preparado el gobierno.
Por ejemplo, la mediana de ingresos de las familias bajó $255 para el 2014 según los datos de la Encuesta de la Comunidad del Censo de 2014, que se dio a conocer ayer
Por otro lado, el porcentaje de personas bajo el nivel de pobreza aumento de un 44.9% registrado en el 2012 a un 46.2% en el 2014. Del mismo modo, en el 2013 el porcentaje de hogares que recibía beneficencia era de 37.7%. Esto aumento en el 2014 a 38.6%, según los datos del Censo.
Sin embargo si se miran los números absolutos la cifra parece reducirse por el efecto que tiene la baja poblacional, explicó la demógrafa Judith Rodríguez.
A simple vista, los cambios demográficos no necesariamente se perciben relacionados entre sí. No obstante, hay varios elementos que sirven, en gran medida, de motor para la transformación de la Isla. La depresión económica que se vive desde el 2006 es tal vez el motor principal. La demógrafa estima que la incertidumbre económica y la ausencia de oportunidades laborales es lo que impulsa el éxodo de gran cantidad de puertorriqueños. Se desprende de datos del Negociado de Estadísticas de Transporte (BTS, por sus siglas en inglés), que en el 2014, la migración neta en Puerto Rico fue de -83,010. Esto significa que salieron 83,010 personas más de las que entraron al País. Se trata, probablemente, de la cifra más alta en la historia de Puerto Rico.
Confirmada la migración
De acuerdo con el Instituto de Estadísticas, el Censo estima que en el 2014 salieron de Puerto Rico 64,000 personas, cifra que también representa una gran intensificación del éxodo de boricuas. Para el 2013 el estimado de emigrantes del Censo fue de 49,000.
Gran parte de los emigrantes están en medio de su etapa productiva y se llevan a sus hijos menores de edad, lo que explica la reducción en la cantidad de menores y el envejecimiento de la población. Por ejemplo, la mediana de edad -el punto medio entre todas las edades ordenadas de mayor a menor o viceversa- para el 2014 fue de 39.3. Esto es un gran brinco si se toma en cuenta que hace dos años rondaba 37.2 y que hace diez era de 34.4.
“Estos son cambios que se tienen que mirar a fondo. La población de mayor edad sigue aumentando y la de niños está bajando y rápido. Esto incide en asuntos que van desde los recaudos del gobierno hasta el mismo gasto que se tiene que hacer. Con estos números, nadie debe pensar en abrir una nueva escuela”, dijo Rodríguez.
Panorama desalentador
Según el demógrafo Raúl Figueroa, gran parte del problema es que a pesar de que se tiene toda esta información disponible, el gobierno y muchos sectores de la sociedad deciden simplemente ignorarlos.
Esto es particularmente preocupante porque la otra base de datos disponible, que genera la Junta de Planificación, no ha sido muy certera en sus estimados en los últimos años. “Ahora mismo ellos están lejos de tener un sistema de estadísticas decente en estos aspectos”, dijo el demógrafo.
Y esto incide directamente en asuntos que hoy día son de extrema urgencia como la planificación fiscal del gobierno. “Por eso uno casi siempre ve que Hacienda no logra los recaudos que se proyectan”, dijo Figueroa.
A inicios de mes, se presentó el Plan de Ajuste Fiscal que, entre otras cosas, intenta sentar las bases para planificar por los próximos cinco años los ingresos y los gastos del gobierno. Si esa planificación no toma en cuenta la intensificación de la emigración, las proyecciones probablemente se queden cortas. Si el nuevo ritmo migratorio es de 83,010 o 64,000 personas al año, se puede pensar que los recaudos del gobierno se verán afectados y la economía también se contraerá, explicó el economista José Alameda.
“Cada ser humano produce y cada ser humano consume. La emigración reduce el acervo de capital humano y también reduce el consumo porque son personas que ya no comprarán aquí. Esto es menos venta de carros, menos venta de casas, menos ventas en los comercios. Esto limita las posibilidades de expansión de la economía, aunque con la globalización y los sistemas de comunicación actuales se puede conservar parte de ese acervo de capital humano manteniendo lazos a larga distancia”, dijo Alameda.
Los problemas en la planificación financiera pueden desembocar en nuevas presiones económicas para los que se quedan, que tienen que costear un gobierno que se queda grande para su población, una deuda pública altísima y un deterioro en los servicios básicos que provee el Estado.
Reducción de nacimiento
Además, con las reducciones en los nacimientos, la generación que se levantará en la Isla será menos numerosa, lo que podría dejarles una carga más pesada que la que pueden soportar.
“Es momento de que se formule una política pública para atender los retos demográficos. Si no se toman acciones esto va a seguir porque oleadas como esta se siguen intensificando, porque los primeros que se van le abren el paso a los que les siguen”, sostuvo Rodríguez.
“El problema es que en Puerto Rico la costumbre sigue siendo dejar para último las cosas. Aquí no se atienden los problemas hasta que no queda otra opción. Pero estos son problemas que ya están viéndose los efectos. Ya se habla que para noviembre el gobierno podría quedarse sin efectivo. Y si se termina cerrando el gobierno, el problema de la migración puede aumentar aún más. Como va esto, el 2015 puede ser igual o peor que el 2014 en términos de migración”, manifestó Figueroa.
Municipios se vacían
La tendencia migratoria es de tal magnitud que en Puerto Rico apenas cinco pueblos (Dorado, Barceloneta, Naguabo, Toa Alta y Gurabo) han logrado añadir algunos habitantes desde el 2010, según datos del Censo. Por otro lado, los pueblos de Culebra y Las Piedras, han mantenido su población en estos últimos cuatro años. El resto de los municipios, sin embargo, han visto su población mermar.
No parece haber un patrón claro en torno a las áreas donde se pierden más habitantes. Por ejemplo, Lares es el municipio que ha perdido un porcentaje más alto de habitantes. Le siguen Guánica, Mayagüez, Fajardo, Peñuelas, Yauco, Ponce y San Juan.
Lo único que se puede destacar es que algunos de los que han logrado sumar habitantes parecen ser parte de los suburbios extendidos del área metropolitana de San Juan.
“Si uno mira los diez pueblos que perdieron más habitantes en términos absolutos y no porcentuales, uno ve que esos municipios contribuyen con más de la mitad de la baja poblacional que se da. Ahí se puede concentrar la acción”, dijo Rodríguez.
Además, se alerta de un marcado envejecimiento de la población que causará cambios en la estructura económica y social del País, asunto para el que aún no parece preparado el gobierno.
Por ejemplo, la mediana de ingresos de las familias bajó $255 para el 2014 según los datos de la Encuesta de la Comunidad del Censo de 2014, que se dio a conocer ayer
Por otro lado, el porcentaje de personas bajo el nivel de pobreza aumento de un 44.9% registrado en el 2012 a un 46.2% en el 2014. Del mismo modo, en el 2013 el porcentaje de hogares que recibía beneficencia era de 37.7%. Esto aumento en el 2014 a 38.6%, según los datos del Censo.
Sin embargo si se miran los números absolutos la cifra parece reducirse por el efecto que tiene la baja poblacional, explicó la demógrafa Judith Rodríguez.
A simple vista, los cambios demográficos no necesariamente se perciben relacionados entre sí. No obstante, hay varios elementos que sirven, en gran medida, de motor para la transformación de la Isla. La depresión económica que se vive desde el 2006 es tal vez el motor principal. La demógrafa estima que la incertidumbre económica y la ausencia de oportunidades laborales es lo que impulsa el éxodo de gran cantidad de puertorriqueños. Se desprende de datos del Negociado de Estadísticas de Transporte (BTS, por sus siglas en inglés), que en el 2014, la migración neta en Puerto Rico fue de -83,010. Esto significa que salieron 83,010 personas más de las que entraron al País. Se trata, probablemente, de la cifra más alta en la historia de Puerto Rico.
Confirmada la migración
De acuerdo con el Instituto de Estadísticas, el Censo estima que en el 2014 salieron de Puerto Rico 64,000 personas, cifra que también representa una gran intensificación del éxodo de boricuas. Para el 2013 el estimado de emigrantes del Censo fue de 49,000.
Gran parte de los emigrantes están en medio de su etapa productiva y se llevan a sus hijos menores de edad, lo que explica la reducción en la cantidad de menores y el envejecimiento de la población. Por ejemplo, la mediana de edad -el punto medio entre todas las edades ordenadas de mayor a menor o viceversa- para el 2014 fue de 39.3. Esto es un gran brinco si se toma en cuenta que hace dos años rondaba 37.2 y que hace diez era de 34.4.
“Estos son cambios que se tienen que mirar a fondo. La población de mayor edad sigue aumentando y la de niños está bajando y rápido. Esto incide en asuntos que van desde los recaudos del gobierno hasta el mismo gasto que se tiene que hacer. Con estos números, nadie debe pensar en abrir una nueva escuela”, dijo Rodríguez.
Panorama desalentador
Según el demógrafo Raúl Figueroa, gran parte del problema es que a pesar de que se tiene toda esta información disponible, el gobierno y muchos sectores de la sociedad deciden simplemente ignorarlos.
Esto es particularmente preocupante porque la otra base de datos disponible, que genera la Junta de Planificación, no ha sido muy certera en sus estimados en los últimos años. “Ahora mismo ellos están lejos de tener un sistema de estadísticas decente en estos aspectos”, dijo el demógrafo.
Y esto incide directamente en asuntos que hoy día son de extrema urgencia como la planificación fiscal del gobierno. “Por eso uno casi siempre ve que Hacienda no logra los recaudos que se proyectan”, dijo Figueroa.
A inicios de mes, se presentó el Plan de Ajuste Fiscal que, entre otras cosas, intenta sentar las bases para planificar por los próximos cinco años los ingresos y los gastos del gobierno. Si esa planificación no toma en cuenta la intensificación de la emigración, las proyecciones probablemente se queden cortas. Si el nuevo ritmo migratorio es de 83,010 o 64,000 personas al año, se puede pensar que los recaudos del gobierno se verán afectados y la economía también se contraerá, explicó el economista José Alameda.
“Cada ser humano produce y cada ser humano consume. La emigración reduce el acervo de capital humano y también reduce el consumo porque son personas que ya no comprarán aquí. Esto es menos venta de carros, menos venta de casas, menos ventas en los comercios. Esto limita las posibilidades de expansión de la economía, aunque con la globalización y los sistemas de comunicación actuales se puede conservar parte de ese acervo de capital humano manteniendo lazos a larga distancia”, dijo Alameda.
Los problemas en la planificación financiera pueden desembocar en nuevas presiones económicas para los que se quedan, que tienen que costear un gobierno que se queda grande para su población, una deuda pública altísima y un deterioro en los servicios básicos que provee el Estado.
Reducción de nacimiento
Además, con las reducciones en los nacimientos, la generación que se levantará en la Isla será menos numerosa, lo que podría dejarles una carga más pesada que la que pueden soportar.
“Es momento de que se formule una política pública para atender los retos demográficos. Si no se toman acciones esto va a seguir porque oleadas como esta se siguen intensificando, porque los primeros que se van le abren el paso a los que les siguen”, sostuvo Rodríguez.
“El problema es que en Puerto Rico la costumbre sigue siendo dejar para último las cosas. Aquí no se atienden los problemas hasta que no queda otra opción. Pero estos son problemas que ya están viéndose los efectos. Ya se habla que para noviembre el gobierno podría quedarse sin efectivo. Y si se termina cerrando el gobierno, el problema de la migración puede aumentar aún más. Como va esto, el 2015 puede ser igual o peor que el 2014 en términos de migración”, manifestó Figueroa.
Municipios se vacían
La tendencia migratoria es de tal magnitud que en Puerto Rico apenas cinco pueblos (Dorado, Barceloneta, Naguabo, Toa Alta y Gurabo) han logrado añadir algunos habitantes desde el 2010, según datos del Censo. Por otro lado, los pueblos de Culebra y Las Piedras, han mantenido su población en estos últimos cuatro años. El resto de los municipios, sin embargo, han visto su población mermar.
No parece haber un patrón claro en torno a las áreas donde se pierden más habitantes. Por ejemplo, Lares es el municipio que ha perdido un porcentaje más alto de habitantes. Le siguen Guánica, Mayagüez, Fajardo, Peñuelas, Yauco, Ponce y San Juan.
Lo único que se puede destacar es que algunos de los que han logrado sumar habitantes parecen ser parte de los suburbios extendidos del área metropolitana de San Juan.
“Si uno mira los diez pueblos que perdieron más habitantes en términos absolutos y no porcentuales, uno ve que esos municipios contribuyen con más de la mitad de la baja poblacional que se da. Ahí se puede concentrar la acción”, dijo Rodríguez.
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