Emigrantes sin documentos ya pueden obtener licencia de conducir
El permiso no podrá ser utilizado para iniciar trámites con autoridades migratorias
Por Rebecca Banuchi/ rebecca.banuchi@gfrmedia.com
Según estimados del Gobierno, unas 100,000 personas podrían beneficiarse
de la licencia provisional.(LUIS.ALCALADELOLMO@GFRMEDIA.COM)
Las personas sin un estatus
migratorio formal que residan en Puerto Rico hace, por lo menos, un año pueden
obtener desde ahora una licencia de conducir provisional que no solo les
permitirá manejar un vehículo en cumplimiento con la ley, sino que también
podría servirles como identificación para completar otras gestiones en
entidades públicas y privadas.
Al anunciar la disponibilidad de las licencias, que se otorgarán a raíz de una ley aprobada hace casi un año, el gobernador Alejandro García Padilla fue enfático al afirmar que la tarjeta, cuyo diseño varía de los permisos de conducir ordinarios, no podrá servir de pretexto para que se refiera a su portador ante las autoridades federales de inmigración.
"Creamos esta licencia de conducir... dentro del marco jurídico de los Estados Unidos y con toda la autoridad que tengo como gobernador, y así lo han hecho también colegas en el estado de Illinois, en el estado de Washington, en el estado de Nuevo México", indicó el mandatario durante una conferencia de prensa en la Plaza Robles de Río Piedras, frente a uno de los Centros de Servicios al Conductor (Cesco) del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP).
"Aunque no modifica el estado migratorio de la persona, esta licencia permitirá a nuestros inmigrantes conducirse legalmente por nuestras carreteras. Si alguna vez un policía los detiene por una infracción de tránsito, no tendrán que temer que esa intervención de tránsito desencadene eventos que los lleven a centros de procesamiento de inmigrantes sin documentos", resaltó
A pesar de que no reveló los detalles de la directriz, García Padilla dijo que el superintendente de la Policía, José Caldero, emitió una instrucción a los oficiales que prohíbe terminantemente que refieran a alguna persona con la licencia de conducir para emigrantes a las autoridades migratorias.
Para obtener el permiso provisional, cuya vigencia es de tres años, extensible a seis, el solicitante tiene que haber residido en la Isla, al menos, un año, y debe carecer de una tarjeta de Seguro Social o de un documento que acredite que es elegible para obtener un número de Seguro Social. Tampoco puede tener ciudadanía estadounidense o estar autorizado por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración federal a vivir en alguna jurisdicción de Estados Unidos.
El gobernador destacó que la licencia no incide de ninguna manera en el status migratorio de la persona que la obtiene, ni otorga residencia permanente, y no es reconocida por el Gobierno federal para viajar en avión o para realizar cualquier otra actividad regulada por las leyes federales. Para disipar cualquier duda sobre ese punto, la tarjeta tendrá impresa la frase “Not acceptable for Federal Purposes”.
"Al ser un documento de identidad con foto y expedido por el Gobierno de Puerto Rico, también les facilitará realizar gestiones que son rutinarias para los puertorriqueños, pero que para una persona con status migratorio irregular no lo son e inspiran temor a la deportación, como ir a un hospital con una emergencia médica o matricular a sus hijos en una escuela", puntualizó García Padilla.
Según estimados del Gobierno, unas 100,000 personas podrían beneficiarse de la licencia provisional.
Para Manuel de la Rosa, un dominicano que hace 19 años vive en Puerto Rico, la medida adoptada por el Gobierno representa un paso de avance en la lucha por los derechos de la población emigrante.
Según el hombre de 50 años, en la Isla persiste la xenofobia, y por ello, estimó que entre los extranjeros podría haber al principio cierta resistencia o escepticismo que pudiera evitar que soliciten la licencia.
“Hay muchas personas que no tienen la licencia de conducir y no pueden ir a trabajar para producir el pan de cada día. Pero (si se resisten a pedir la licencia) eso es cosa de ellos. Si ven que alguien la consigue, ellos se van a atrever a solicitarla”, opinó De la Rosa, quien cuenta con todos los documentos para residir en la Isla, y tiene una licencia de conducir regular.
José Rodríguez, presidente del Comité Dominicano de Derechos Humanos, reconoció que la iniciativa puede generar cierta desconfianza, pero indicó que se reunió con el jefe de la Policía, y quedó complacido con las directrices que se han impartido a los agentes.
“No debe haber desconfianza, pero vamos a estar vigilantes y cualquier policía u oficial que use esta licencia para abusar, va a ser denunciado y sancionado”, dijo a este medio Rodríguez.
Al anunciar la disponibilidad de las licencias, que se otorgarán a raíz de una ley aprobada hace casi un año, el gobernador Alejandro García Padilla fue enfático al afirmar que la tarjeta, cuyo diseño varía de los permisos de conducir ordinarios, no podrá servir de pretexto para que se refiera a su portador ante las autoridades federales de inmigración.
"Creamos esta licencia de conducir... dentro del marco jurídico de los Estados Unidos y con toda la autoridad que tengo como gobernador, y así lo han hecho también colegas en el estado de Illinois, en el estado de Washington, en el estado de Nuevo México", indicó el mandatario durante una conferencia de prensa en la Plaza Robles de Río Piedras, frente a uno de los Centros de Servicios al Conductor (Cesco) del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP).
"Aunque no modifica el estado migratorio de la persona, esta licencia permitirá a nuestros inmigrantes conducirse legalmente por nuestras carreteras. Si alguna vez un policía los detiene por una infracción de tránsito, no tendrán que temer que esa intervención de tránsito desencadene eventos que los lleven a centros de procesamiento de inmigrantes sin documentos", resaltó
A pesar de que no reveló los detalles de la directriz, García Padilla dijo que el superintendente de la Policía, José Caldero, emitió una instrucción a los oficiales que prohíbe terminantemente que refieran a alguna persona con la licencia de conducir para emigrantes a las autoridades migratorias.
Para obtener el permiso provisional, cuya vigencia es de tres años, extensible a seis, el solicitante tiene que haber residido en la Isla, al menos, un año, y debe carecer de una tarjeta de Seguro Social o de un documento que acredite que es elegible para obtener un número de Seguro Social. Tampoco puede tener ciudadanía estadounidense o estar autorizado por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración federal a vivir en alguna jurisdicción de Estados Unidos.
El gobernador destacó que la licencia no incide de ninguna manera en el status migratorio de la persona que la obtiene, ni otorga residencia permanente, y no es reconocida por el Gobierno federal para viajar en avión o para realizar cualquier otra actividad regulada por las leyes federales. Para disipar cualquier duda sobre ese punto, la tarjeta tendrá impresa la frase “Not acceptable for Federal Purposes”.
"Al ser un documento de identidad con foto y expedido por el Gobierno de Puerto Rico, también les facilitará realizar gestiones que son rutinarias para los puertorriqueños, pero que para una persona con status migratorio irregular no lo son e inspiran temor a la deportación, como ir a un hospital con una emergencia médica o matricular a sus hijos en una escuela", puntualizó García Padilla.
Según estimados del Gobierno, unas 100,000 personas podrían beneficiarse de la licencia provisional.
Para Manuel de la Rosa, un dominicano que hace 19 años vive en Puerto Rico, la medida adoptada por el Gobierno representa un paso de avance en la lucha por los derechos de la población emigrante.
Según el hombre de 50 años, en la Isla persiste la xenofobia, y por ello, estimó que entre los extranjeros podría haber al principio cierta resistencia o escepticismo que pudiera evitar que soliciten la licencia.
“Hay muchas personas que no tienen la licencia de conducir y no pueden ir a trabajar para producir el pan de cada día. Pero (si se resisten a pedir la licencia) eso es cosa de ellos. Si ven que alguien la consigue, ellos se van a atrever a solicitarla”, opinó De la Rosa, quien cuenta con todos los documentos para residir en la Isla, y tiene una licencia de conducir regular.
José Rodríguez, presidente del Comité Dominicano de Derechos Humanos, reconoció que la iniciativa puede generar cierta desconfianza, pero indicó que se reunió con el jefe de la Policía, y quedó complacido con las directrices que se han impartido a los agentes.
“No debe haber desconfianza, pero vamos a estar vigilantes y cualquier policía u oficial que use esta licencia para abusar, va a ser denunciado y sancionado”, dijo a este medio Rodríguez.
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